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El Rincón del Sátiro

Popi de Torrontégui o los afectos irreconciliables

Ya lo veía yo venir, ya. He tardado poco en recibir de mi querida antagonista, Popi de Torrontégui, su primer llamamiento al orden en aras de reprimir mi -ahora más que nunca- irreprimible atracción por las jamonas. En nuestras reuniones de High Society siempre acabamos peleandonos con todo nuestro ardor, el decoro y protocolo obligados siempre presente, claro está, en defensa de nuestros distintos puntos de vista. Popi defiende con verdadera pasión su epítome de la belleza femenina, utilizando como paradigma axiomático en apyo de sus pretensiones a ése fideo cadavérico y antimorbo llamado Esther Cañadas, en detrimento de monumentos ciclópeos como Beyoncé o Mónica Bellucci, por poner un ejemplo. Popi es sincera y abnegada en sus defensas -realmente llama gorda a cualquiera que pese más de cincuenta kilos- porque ella tiene su versión de como le gustaría a ella que fuera el mundo. Según mi honesta apreciación, Popi tiende a olvidar que el hombre es menos sutil en sus preferencias de lo que es una mujer; si acaso alguna vez una mujer pudiese sentir en sus carnes la tiranía implacable de un ataque de testosterona juvenil, quizás no pensasen de igual modo, pero de seguro que serían más comprensivas con nosotros pobres pecadores.
Pero no seré un relapso. Me mantendré en mi postura y vuelvo a reiterar en este plano virtual lo que en cierta ocasión le dije en presencia del conocido armador Manolis Mykonos, personaje irrepetible y vividor que siempre me tiene que llevar la contraria en presencia de las mujeres: NO ME ACOSTARÍA CON ESTHER CAÑADAS AUNQUE ELLA ME PAGARA UN MILLÓN DE DOLARES POR HACERLO. !VIVA DEBORAH CAPRIOGGLIO Y PAPRIKA¡¡

4 comentarios

Van Doren -

El que se atreva a declarar aquí su más mínimo apoyo a ése espectro fantasmagórico de mujer quedará inmediatamente expulsado del blog. Quedas avisado, Fettichello, y es la segunda vez ya que te tengo que reconvenir. Ojito que m´he quedao con tu cara...

Federico Fetichello -

Sobre las jamonas hay mucho que discutir, pero desde luego me parece una blasfemia que por parte de Van Goren se declare, sin el menor rubor, que sería incapaz de acostarse con Esther Cañadas. ¡Por Dios! te has fijado en sus labios.
Desde aquí he de azotarte, por tu inapropiado comentario sobre nuestra más famosa top model, y sobre todo porque es un cañón de mujer

pokapeski -

"...la tiranía implacable de un ataque de testosterona juvenil.."
po es verdá, eso hay que vivihlo pa sabé lo que e.