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El Rincón del Sátiro

TOO MANY GIRLS, TOO LITTLE TIME...

Yeeaaahh, I, ve returned boys and girls...
Sí, queridos perdularios, finalmente la memoria ha vuelto a mí; me he podido escapar del frenopático gracias a la incomparable ayuda de Jean Paul Vorn (grandísimo sátiro, clase Typhoon, todo hay que decirlo) y heme aquí again para seguir siendo la última voz solitaria [ahora Caprile también se apunta al carro un`poco, no lo suficiente] en pro de la hembra curvilínea y generosa, de la rotundidad y la lozanía perennes, de la maggioratta brutal, oh my god...
Mientras tanto, y dado que hace tiempo que no pulsiono el teclado, creo que por hoy ya está bien, no sin antes pedir educadas excusas a Jean Paul Vorn (to be alive) por mi contumaz retraso y comprometerme a reeditar "El último tren a Katanga (Summer Review)"

Vae Victis.

TOO MANY GIRLS, TOO LITTLE TIME...

Yeeaaahh, I, ve returned boys and girls...
Sí, queridos perdularios, finalmente la memoria ha vuelto a mí; me he podido escapar del frenopático gracias a la incomparable ayuda de Jean Paul Vorn (grandísimo sátiro, clase Typhoon, todo hay que decirlo) y heme aquí again para seguir siendo la última voz solitaria [ahora Caprile también se apunta al carro un`poco, no lo suficiente] en pro de la hembra curvilínea y generosa, de la rotundidad y la lozanía perennes, de la maggioratta brutal, oh my god...
Mientras tanto, y dado que hace tiempo que no pulsiono el teclado, creo que por hoy ya está bien, no sin antes pedir educadas excusas a Jean Paul Vorn (to be alive) por mi contumaz retraso y comprometerme a reeditar "El último tren a Katanga (Summer Review)"

Vae Victis.

SUMMER IN THE CITY

Estoy profundamente salido. No sé si sentirme orgulloso de ello o ir buscándome de una reverenda vez esa cueva en las cercanías de Xaouen para dejar pasar el resto de mis días en etérea contemplación del crecimiento incesante pero paulatino de estalactitas y estalagmitas en amigable componenda. Y además, perdularios y perdularias virtuales, compruebo entre excitado y desazonado que la nueva remesa de hembras en edad de merecer viene neumática neumática (alá sea loado), con unos pechos de campeonato (yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii).
Si la cara es el espejo del alma, mi cara es corrupta, lasciva, libidinosa, lúbrica, procaz y sardónica. Todas me gustan -hoy en el autobús me he tenido que girar un tercio hacia mi derecha en mi asiento porque los efluvios de satirismo traspasaban mis gafas de sol Randolph Engineerinig (marca que ganó la patente para surtir a la aviación militar estadounidense por solucionar el problema de los rayos ultravioleta en los ojos de los pilotos) y la morena bajita pero con una melena azabache preciosa y unas cachas de órdago a la grande que se baja una parada antes de la mía y que tuvo la osadía de sentarse frente a mí ya se estaba empezando a asustar-, casi todas me atraen. Mis antebrazos se están empezando a parecer peligrosamente a los de Popeye (normal con la novia que tenía) y mi supinador largo y pronador redondo izquierdos dan miedo de verdad.
Aún no he tenido valor para acercarme a la playa y solo estamos a principios de junio. A mayor abundamiento, mi espías me informan de que el índice de pechos en top-less se ha incrementado con respecto al año pasado en casi un 500% !y esto en una playa urbana!
Yo soy un niño bueno y no quiero pecar, pero mi eudaimon probablemente vencerá y ¿quien sabe? a lo mejor hasta me como algo.
Vae Victis.

GOOD OLD-FASHIONED LOVER BOYS

Esto es la hostia, colega. Os aseguro que ya me estoy empezando a hartar de tanto chuleo femenino de tres al cuarto. Ya me toca los cojones sobremanera tanto desprecio de lo masculino y viril de boquilla para fuera para luego en la intimidad reprocharnos la falta de precisamente lo que se critica. Que si ya no quedan hombres como los de antes, que si menos filosofía y más praxis...Pero bueno, ¿es que las pibas no se aclaran? Nenes, esto va ser el fin del mundo como se siga así. Hasta lo que yo se y he vivido, me parece a mí que un hombre de los de antes arreglaría el sarao actual con un par de guantazos y un aquí mandan mis cojones y estosacabao y a la puta cocina, pero !joder! eso sería una animalada indigna de la condición de hombre y me niego a creer y menos aún a admitir que eso sea lo que las pibas quieren.

Hace relativamente poco tiempo me comentó una chavala -creo que era sincera- que parecía que a los hombres de hoy nos daban miedo las mujeres. Mi respuesta fue: "no es que lo parezca, es que es así" Obviamente el miedo existe y eso es innegable, pero el miedo no es a la mujer en cuestión, más bien ese miedo es a la incertidumbre de no saber en absoluto de qué pié cojea la interfecta. ¿Un hombre de los de antes? el infrascrito -o sea, yo- está hasta los testículos de ser galante y que le devuelvan el desprecio y la callada por respuesta; está hasta la coronilla de los doscientos mil millones de artículos pseudoperiodísticos de las revistillas "femeninas" en los que se destila la hez y la hiel de lo peor que puede surgir de una mente femenina; estoy -y esto si lo voy a decir tan feo como suena- hasta los putos huevos del acoso y derribo al macho, de tragar quina por cada loco que maltrata, de que nos metan a todos en el mismo saco, de que se nos asigne todo lo horrible y pútrido de la condición humana a los hombres, de que los hombres de hoy tengan que ser:

- sensible y a la vez duro
- tierno y a la vez firme
- llorones delante de ellas e incapaces de soltar una lágrima.
- atentos y desatentos
- cocinitas e intelectuales
- catedráticos del cobeo
- inmunes al dolor y a la enfermedad
- etc,etc

A veces pienso que el premio no merece la pena el esfuerzo. Como siempre digo, si somos tan torpes, tan lentos, tan indefensos, tan previsibles, tan poca cosa, tan cortitos y tan pa echarnos, pues podrían ayudar un poco ellas y poner de su parte, que costaría muy poco. Yo no voy a cambiar por ellas y continuaré cediendo el asiento aunque me fulminen con la mirada, me bajaré de la cera para ceder el paso, les retiraré el asiento para que se sienten, respetaré a las mujeres -de hecho ése es el principal problema, que las respeto más de lo que ellas mismas se respetan y así me va- tal y como me educaron y si no gusta !QUE LES DEN POR EL CULO!

Vae Victis

LUST IN THE WIND

La primavera ha venido y yo no sé como ha sido, como diría el gran sátiro Rubén Darío -que no era el poeta mariquitoso que los Padres de Turín nos enseñaron, no; era un sátiro de marca mayor y si no me creen, recomiendo la lectura de su poema "la mejor musa es de carne y hueso" y flipen en colores, people. Pero bueno, que al final como siempre me dejo llevar y acabo ejecutando disgresiones. Dioooooooooossssssssssssssssssssss, !qué buenas se ven las pibas en primavera! En estos días he aumentado unos 2´5 centímetros de esternocleidomastoideo nada más que de hacer el periscopio en sentido ambilateral, lo cual sumado a mi ciclópeo cuello de nacimiento me hacen parecer al Danny Trejo en Abierto hasta el Amanecer. Yo no quiero mirar, de verdad, yo soy un niño bueno y no me quiero parecer a esos viejos sátiros cuya baba rezuma por las comisuras de los labios. Vas por la calle y comienzas a aspirar un aroma distinto. Es un nosequéquenoseyo que se te pega y te altera y te enerva y te desarma y te eleva y te baja y te hace sacar los colmillos de la bestia interior. Yupiiiiiiiii!!! es época de celo again y los machos territoriales (esto hay que leerlo como si estuvieses escuchando al narrador de la BBC Wildlife Broadcasting) comienzan a mostrar los primeros síntomas de la lucha interior entre la paz y la lujuria. Los primeros signos son inequívocos pues de repente caes en la cuenta de que hace mucho que no vas al gym (tema aparte, hoy en día es absolutamente imposible machacarse por derecho en el gym, porque están infestados -and i mean in the worst sense- de pibas que con sus curvas y modelos !!!!aaaieeeaaah!!!! de ropita sport superchipendilerendi te impiden concentrarte como dios manda en una superserie de tríceps con press de banca en la que hay de por medio unos 90 kilos; y el que piense lo contrario no tiene ni idea), te miras más al espejo, ordenas tu fondo de armario tal y como ordena Carlos Calvo, los ojos no te obedecen, las piernas son torneadas, los escotes amplios y voluptuosos... no puedo seguir, no puedo.
Si sólo se dejaran un poco ¿a ellas que más les dará?

Vae Victis, perdularios y perdularias.

Cool & Sexy Cat

Albricias, ALvar Fáñez!! No quiero creermelo aún, pero he descubierto un enlace en el Blog que me ha llevado al mundo satírico femenino a través de las garras de terciopelo de una gatita caliente llamada sexygata. Como siempre he sabido, ellas son tan únicas que hasta hacen glamouroso el satirismo. Quisiera creer que la bitácora de la amiga gata sea verdaderamente un producto femenino, porque aún tengo mis dudas. Aconsejo vivamente la lectura de un concreto artículo en la que la gatita nos comenta su última fantasía recurrente y se pone a tono con la hipótesis de ser la doncella de servicio más complaciente desde que John Holmes y sus 42 cm se cebaron con las xtreme-curves de Connie. Bueno, bueno... el artículo no tiene desperdicio, las últimas tres líneas son ABSOLUTAMENTE MORBOSAS; el final, por desgracia, corrobora ampliamente mi teoría esbozada en el premiado artículo "ellas se lo pierden", pero la coleguita tiene un blog guay, de verdad.

Viva Deborah Capriogglio!!!!

I WILL SURVIVE... YEAAAAAHHH!

Se acabó la tristeza y la pena en este mi mundo virtual. No me cuentes penas, cuentáme alegrías que dice la tonadilla. Casi olvidaba ya el espíritu impulsor de estos minutos gastados delante de la pantalla del ordenador -bien pensado podría utilizarlos en la búsqueda de fotos o samples de pibas formadas como Dios manda tan a mano en la red-, ese espírítu de último talibán del satirismo masculino redentor en un mundo cada vez más unisex. Ya no caeré más en el error. Esta mi página nació con vocación de reivindicación de lo que algunos ignorantes llaman ridícula obsesión y así continuará per saecula saeculorum.
Fuera los timoratos y los amantes de Esther Cañadas, viva Anna Nicole smith, abajo Bimba Bosé y su caquexia andante, vivan Tyra banks, Beyoncé Knowles, Jewel De Nyle, Rita Faltoyano -voy a escribir un artículo sobre ella, fijo-, Lindsey Dawn McKenzie, Vía Paxton, Nuria Roca (que con cinco kilos más se sale del espectómetro), Jlo (la incluyo por el culo nada más, que conste), la incomparable porn-star Friday y todas aquéllas que han sido dotadas de lo que hay que tener. Un aumento de maggioratas supondría indefectiblemente un resurgir del macho territorial, de eso no cabe duda. De nuevo las calles se iluminarían con el resplandor de esas líneas curvas en movimiento; de nuevo habría machos alpha y no seres inclasificables con apariencia masculina.
No hay que pedir perdón a nadie por sentirse arrebatado por la presencia de un pibonazo, no hay que flagelarse porque tus gustos ya no estén de moda. Simplemente que les den por donde más les duela a los que pretendan clasificar de gordas a Marilyn Monroe, Gina Llollobrigida, Sofía Loren, Claudia Cardinale, Antonella Lualdi, Raquel Welch -a esta última me la enrrollaba hasta con su edad actual, lo prometo-
¿De qué os extrañais? soy un sátiro y me gusta.
Vae Victis.

BURNING ON MIDNIGHT SOIL

Evidente que es que solamente los tíos guays del paraguays, los tíos como se debe de ser, son los únicos que se agobian y se deprimen ante tanta mediocridad, menudencia, falsidia,vulgaridad y pestilencia humana que nos asalta en grado de cotidianeidad. ¿Qué porqué digo esto? pues lo digo porque he conocido que el segundo padawan -el primero fue el gran wisecarver, últimamente fuera de control (creo que creé un monstruo)-que el consejo de machos territoriales puso en mi camino para su instrucción está un poco chungo. Conociendo al gran S.T, puedo imaginar algo de lo que le deprime.A veces,menos de las que serían de desear, viene al mundo alguien realmente especial-y lo digo no en el sentido que se repite con tanta cursilería en todas las películas yankees-,sino en el auténtico sentido de la palabra. Alguien especial es alguien que, perteneciendo a un género, por sus determinadas características se escinde del común de su grupo para ser reconocido como un ente individual. Bueno, cualquiera que se tope con ST y comparta un instante de su tiempo, sabrá a lo que me refiero. El problema de ser especial se resume en una sola y, según se mire, hermosa o terrible palabra: soledad.
Cuando se sobresale tanto de lo gris te puedes encontrar con que hace mucho frío en la cumbre y, para colmo de males, pocas veces tienes a alguien al lado que te diga "Es verdad, hace un frío de cojones"
No sufras, padawan, porque estés más dotado que los demás para apreciar lo bueno y lo malo, lo hermoso y lo horrible, la verdad y la mentira, lo justo y lo injusto de este "lacrymarum valle", pues todo conocimiento es una penetración dolorosa en los restos de la inocencia. No reniegues JAMÁS de tu verdadero yo, ya que el borreguismo magnético de la sociedad de los hombres tiende a borrar a los comportamientos descarriados.

Ciertas reglas, si se adoptan como propias, pueden ayudarte en éste itinerario de la vida. Alguien me dijo una vez que vuestro Van Doren era un gran teórico que ponía en práctica ésas teorías en la vida de otras personas. Disuado parcialmente de ello, pero coincido con que poseo cierta capacidad para sacar de los demás lo mejor de ellos, de modo que, al loro:

- Tu enfoque determina tu realidad: depende de tí y sólo de tí el crearte un ambiente idóneo para tu desarrollo.
- Nunca des explicaciones no pedidas a quien no estás obligado a darlas (el 99% del mundo); comunica tus decisiones de forma que parezcan inapelables.
- La seguridad en todas sus manifestaciones es lo más atractivo en éste mundo cruel.
- Vive honestamente contigo mismo y no dañes intencionadamente a nadie, pero dale a cada cual lo que le corresponda.
- Diga lo que diga la moral judeocristiana, por desgracia hoy no se puede hacer el bien sin mirar a quien.

Si a medianoche te asaltan los temores y las dudas, deséchalos de inmediato, no son reales.
Por último, todos tenemos un instinto, una voz interior a la que casi nunca tenemos en cuenta, hazle caso, no hagas como otros...la nada de los mediocres no es sino el silencio de ésas voces mágicas. Be free.

Vae Victis.

THE GREAT PRETENDER

Oh, sí, yo soy el gran hipócrita... cómo si fuese todo tan fácil. A veces me pregunto cuál de las máscaras que utilizamos a diario en la gran farsa de la vida es la auténtica, la imagen que realmente somos. Todo es un gran juego de probabilidades y nuestros actos son por ello meros intentos intuitivos.
Tengo la cabeza hecha un lío, lo sé, y no espero que me comprendais, queridos perdularios y perdularias -que me parece que alguna hay, y si así fuera, que lo confiese, que éso no es malo- pero lo estoy pasando mal, muy mal, muy muy mal, muy muy muy muy mal. Pero ahí está el tío, con cara de yo soy el puto amo y el Neo aprendió de mí, aunque por dentro se lo estén comiendo los gusanos.
Pero, ¿porqué me siento así? No me entiendo. !Sí yo soy la leche! Sinceramente y objetivamente hablando soy el mejor macho reproductor en cientos , no !miles! de kilómetros a la redonda. He pasado con aprovechamiento todos los tests de Cosmopolitan -incluido el de que harías si te encontrases a tu piba con tu mejor amigo en tu cama con tus preservativos y tu pijama puesto- Vogue, Harpeer´s Bazar, Mía, Tuya , Nuestra y demás publicaciones. Mis dones naturales podrían permitirme trabajar en el porno (de los normalitos, sin estridencias, pero tampoco desentonaría)No tengo instintos malvados hacia las mujeres y espero no tener nunca la desgracia de ver a alguien delante mía intentando abusar en contra de la voluntad de una mujer o profiriéndole maltrato, so riesgo de echarme a perder la vida. Tengo los defectos propios del ser humano, pero mis virtudes pesan más en la balanza, entonces ¿QUÉ COJONES PASA?
El niño que fui, el joven que me dejaron ser y el adulto que no sabe quién es luchan a diario con enconado esfuerzo por imponerse unos sobre otros. Día a día resulta cada vez más arduo este peregrinar multipersonal. ¿Era realmente más liviana la vida juvenil que la actual, más sencilla la vida infantil? Los amigos que tanto compartimos, las mujeres a las que amamos o creímos amar, la mujer a la que nunca tuve el valor de decirle lo que sentía en ése preciso instante. ¿Donde están todos ellos?
La soledad es todopoderosa. Puede incluso hacer que tus mejores armas en sociedad sean poco más que inútiles trastos en tu triste intimidad. Llega un momento en el que tu colección de revistas guays, tus estanterías de cine de amor propio, los cómics eróticos y los documentales de dinosaurios ya no son suficientes. Hay instantes de lucidez (creo que en las fases del joven que me dejaron ser) en los que lo obvio de mi estupidez en determinados momentos de mi vida resulta abrumador. Para seguir adelante tengo que recurrir demasiado al niño que fui, pero éste ya no me reconoce ultimamente. Dormir, tal vez soñar...para combatir a la memoria, enemiga mortal de mi descanso.
Para los cálculos de de Alighieri, ya he pasado de la mitad del camino de la vida. Fui estrella del deporte, fui most popular boy del Parvulario, del Jardín de Infancia, del Colegio Redondo, de San Estanislao (donde tuve mi primer orgasmo con escasos seis años), de Salesianos, del Instituto Militar Cortadura , de la Facultad y del Foro. Mi estela refulgente brilló (y deslumbró en ocasiones) con la fuerza de un centenar de estrellas. Mi nombre y mi alias se susurraban en voz queda a mi paso altanero y era respetado por los otros machos del territorio. Nunca promoví una trifulca ni participé en ella voluntariamente. Detesto la violencia y lo vulgar y puedo asegurar iuris et de iure que jamás ofendí a niña, jovencita, mujer, o hembra mamífera alguna en estado de embriaguez, ni me aproveché tampoco de la embriaguez de ninguna (aunque confieso que una vez lo intenté y quedé con una pibita para beber en la casa de un colega, pero como me las dí de machito y me puse a vacilar de que bebía como un cosaco, me pasé un pelín, por lo que al decimoquinto John Wayne caí trompa y como ella siguió bebiendo,cayó trompa también) lo cual me ha valido la enemistad felina con dichas pibas -por lo visto parece ser que consideran que les hice un desaire o algo así, por no aprovecharme de su estado de embriaguez; en mi descargo debo decir que una vez que estudias el delito de abusos deshonestos es complicado cohonestar la norma, el alcohol y la testosterona, así que, aún a riesgo de malentendidos, es preferible una vuelta de cara glamurosa que seis años y un día de dolor medieval en salva sea la parte- pero todavía cuando me cruzo con ellas me sale el ademán de saludarlas.
Sin haber tenido más contacto carnal con los hombres que los abrazos consecuentes a la consecución de miles de canastas durante la práctica del baloncesto, he cometido muchas mariconadas en mi vida, entendiendo como mariconada el no comportarme como es de esperar de un hombre en determinada situación. Incluso llegó a haber un frase, repetida entre el faunario de la movida juvenil de mis tiempos que decía que aunque me estuviesen dando la enésima fellatio, yo aún estaría preguntándome si pillaría cacho con esa piba. Puede ser, pero yo solamente reconozco una mariconada en mi vida (bueno dos, pero la segunda tiene arreglo, o podría tenerlo) y la cometí en Medina. Me siento tentado a hablar de ello, pero como excusatio non petita accusatio manifiesta, baste decir que en América las pruebas circunstanciales me acusarían de haber cometido la mariconada, pero aquí, de saberse la verdad, me absolverían.
Millard Benneth dijo en una ocasión que si te dabas por satisfecho con lo que habías obtenido y no perseverabas en la consecución de nuevas y mejores metas, entonces lo único que te quedaba era sentarte en una silla a esperar la muerte. Como en todas las sentencias, hay algo de erróneo y halgo de aserto. ¿Significa eso que vivo anclado en los éxitos pasados, incapaz de imaginar logros futuros? Realmente no lo sé. !Ha cambiado tanto el personal! ¿A quien engaño a todas horas? ¿Es a mí o a los demás? ¿Será todo una ilusión y verdaderamente uno puede tomar las riendas de su propio destino, sin esclavitud a determinismo alguno? ¿Verdaderamente querer es poder? ¿Es el amor una ilusión también y se deforma por nuestros apetitos? ¿Se puede vivir sin él? ¿Es posible la vida en soledad sin acabar hipomaníaco? ¿A quien intento engañar? ¿A quien intento engañar?
Existe la posibilidad de que esta racha mejore, yo sobreviviré, seguro, pero ¿quien me asegura que para entonces el niño que fui y el joven que me dejaron ser no hayan sido desterrados de por vida por el adulto que jamás sabré a donde vá ni lo que quiere?
Vae Victis, Vae Me.

ELLAS SE LO PIERDEN...

A la vista de que este mundo perdulario virtual se ha convertido en mi último paño de lágrimas, voy a aprovechar para decir de una vez por todas lo que opino sobre ésa engañifa hipócrita que se ha tildado en llamar la liberación sexual de la mujer. Lo primero que se me ocurre es que es mentira, una gran mentira. Lo segundo que es mentira, una gran mentira y así puedo seguir hasta el cómputo íntegro de n factorial. Podría mostrar aquí mi enorme -todo en mí lo es- erudición desmontando las bases de ésa supuesta liberación sexual y demostrar que el libre albedrío en la elección de sus parejas no tiene ni remotísimamente nada que ver con la liberación de la mujer en el plano sexual. ¿Que nó? La culpa -o al menos gran parte de ella, para ser honestos- la tuvo Shere Hite, la cual con la publicación de su Informe sobre la Sexualidad Femenina a finales de los 70´s armó un gran alboroto y ciertamente supuso un magnífico toque de atención para la legión de reprimidas existentes en aquél entonces, pero no fue más allá de una radiografía de los problemas femeninos y de los delirios de alguna que otra histérica. Como casi siempre, el macho de la especie humana se lleva la parte del león y, por lo tanto, según Hite, es el responsable y culpable histórico de los tabúes femeninos y sus problemas de desarrollo emocional. Como lo anterior es mentira, doy por embuste la mayoría de las conclusiones de la Sra. Hite.

Lo verdaderamente indignante es que casi tres décadas despúes se sigan yuxtaponiendo la liberación laboral y la sexual. No existe liberación sexual femenina, puesto que dicho término es anfibológico -depende de su contexto exacto para no caer en ambigüedades- y tal y como está escrito lo único que define es que la mujer ya no se encuentra bajo el poderío y sumisión de su marido en el ámbito sexual (hasta hace muy pocos años la víctima de una violación brutal en el seno de su matrimonio no era considerada como perjudicada por un delito de violación; se consideraba como un "onus maritalis" el ofrecerse para aplacar las ansias lujuriosas y libidinosas de los maridos, y eso es lo que había...
Pero ahí acaba todo, pues la fisiología y los atavismos sociales y psicológicos reconducen nuevamente todo al punto en que a la profesora Hite tanto le sorprendió. Las pibas siguen siendo igualmente de difíciles ahora como hace treinta años. Es más, hace treinta y tantos años se dió una de las últimas etapas de casi libre albedrío en el plano sexual, pero no creo que puntúe mucho como tal porque en la época hippie se follaba a diestro y siniestro por un convencionalismo coyuntural y una jartá de tripis, así que la autonomía de la voluntad no era tal autonomía. Me reitero, no existe liberación sexual femenina, entendida como la facultad y posibilidad real y auténtica de hacer con tu sexualidad lo que te venga en gana por que ellas no quieren. ¿Qué porqué no quieren?, pues si Freud ya en 1929 se preguntaba lo mismo y no obtuvo respuesta, el infrascrito no va a obtener mejor resultado en sus pesquisas, sobre todo si no colaboran y se aplican a tan interesante estudio, pero si yo fuera piba...

Vae Victis.

UN NIVEL MÁS ELEVADO

No pretendo ir de iluminado, pero lo cierto es que después de varios años de rondón y morcegueo nocturno, diurno y de entrehoras, cada vez entiende uno menos a las pibas. O a lo mejor es que, al fin y a la postre, las entiende uno tanto que prefiere no creer la revelación final, porque, perdularios indignos, dicha revelación en un 99% de los casos hace que te den ganas de mandarlo todo a tomar por el culo y que te lamentes de haber sido un gilipollas integral durante tu mejor época de reproducción, durante el tiempo en que eras un joven garañón y aún se te tenía un cierto respeto entre los otros machos rivales.
El ínclito Pokapeski es un fiera y sabe de lo que estoy hablando. ¿Quién de todos nosotros no se ha quedado alguna vez atónito y estupefacto ante la inexplicable visión del pavo del colegio -ése ser pá echarlo en el que te has desgastado el canto de la mano en interminables cosquis suboccipitales- de la cintura de un pibonazo inmenso? ¿Pero cómo es posible que la pibonska (que está como la fábrica de Quesitos El Caserío) deje siquiera que ése abyecto indeseable le roce el contorno de la cadera? Pues caben varias explicaciones: a)La piba es tan pa echarla como él - probablemente, pero eso no puntúa como para no desear darle un puntazo- b)Por algún motivo desconocido, ella no se ha dado cuenta de lo indeseable que el nota es -parva vana, y además no es una explicación satisfactoria, pues TODAS son más listas que el hambre y si está con él es por algo; c) ¿Ha sabido ver en él algo que los demás no hemos visto? Incorrecto, pues todos conocemos el verdadero yo del pá echarlo y verdaderamente es pá echarlo del Universo y retirarle el pasaporte, con lo cual de seguro que, por muchos matices corruptos que haya suavizado por ministerio de la vida, sigue siendo un indeseable irrecuperable para la sociedad.
¿QUÉ TIENE ÉL QUE NO TENGAMOS LOS DEMÁS? Pues sencilla y malignamente, lo que él tiene es una jartá de poca verguenza y una maleablidad y ductilidad para decir y hacer exactamente lo que el pibonazo quiere oír y que se haga, sacrificando de manera hipócrita su condición. Lo chungo del caso es que después somos los demás machos los que tenemos que cargar con lo de que todos los tíos son unos cabrones a los que sólo les importa follar, carentes de comprensión y toda sensibilidad, incapaces de eschuchar y llorar con ellas ante la llegada del otoño y todas esas gilipolleces de conveniencia. En todos los tests del Cosmopolitan, Vogue, Elle, Nuevo Vale, Pronto y demás cursilerías a la venta en farmacias y Ayuntamientos autorizados, referentes a las condiciones que se ha de tener para ser objeto de los deseos femeninos yo he sacado Matrícula de Honor, lo que ocurre es que olvidan incluir una coletilla que diga que esas condiciones las ha de tener quienes ellan quieran, y si no las tiene el chufla de turno que les gusta...bueno, nadie es perfecto.

Por eso yo estoy ya en un nivel más elevado y me he hecho neutro como la lejía.

Vae Victis.

Due to popular demand...

He observado con deleite que aún quedan -aunque sea en un espacio virtual como éste- personas educadas y con modales que aborrecen como yo de la grosería y la ordinariez prosaica que tanto se destila últimamente. No obstante lo anterior, y antes de actuar de manera gentilmente recíproca a la atención de ése gentilhombre que demuestra de forma axiomática que la educación debe mostrar vocación de normalidad y no excepcionalidad, debo ocuparme de azotar levemente a otro reciente ignaro contumaz. Un presunto ano que se apellida nimo me dice algo así como que hecha de menos a mis vivencias pero no a mí. Uff! La simpleza de raciocinio del Sr.Ano, alias nimo, le hace cometer una antinomia que, en tiempos pretéritos de más calado intelectual, en los que todos eran conscientes de que la facultad de pensar era un don que había que trabajar y no creerse que por saber unir sílabas de forma mediocre ya se era digno de escuchar, no se puede tildar más que de muy deficiente (te pongo un 1 por haber puesto aunque sea el escatológico nombre de ano). Intentaré explicarle, Sr. Ano, en términos claritos, que las vivencias de alguien y ése alguien son elementos consustanciales (homoiusia, en griego) que no se pueden escindir. Así, Ubi van Doren, Ibi mementiis iste y, a sensu contrario, Ubi mementiis, Ibi Van Doren (el retruécano empleado realmente llevaría la forma verbal en subjuntivo, pero por razones de economía sintáctica prescindo de él). Por si todavía no te has enterado, Ani, sin mí no hay vivencias, sin mí no hay satirismo en la web, sin mí y sin la valentía de mis líneas tú no eres nada, salvo tal vez nada más que otro cobarde sin la suficiente imaginación como para adoptar un nombre evocador o gracioso. Vae Victis, Ano.

Y tú, gentilhombre, no haces sino corroborar lo que vengo presintiendo desde hace lustros, pues debo darte la razón en lo que atañe a tu agudo enfoque acerca del hábitat sátiro. En estos tiempos de sequía pertinaz, en los que la sabana nocturna está muerta y los depredadores hibernan forzosamente por la escasez de presas dignas de morcegueo, en estos tiempos, como digo, de abominable moda unisex y zapatones Dr.Termanns, claro que se echa de menos el serengueti que fue el Rosso y el Massai Mara del baobab. Recuerdo como si fuera ayer esos aledaños de Argüelles, esa Alameda Marqués de Comillas y ésa continua llegada de pibas y pibas por doquier. Si la caza de pijas hubiese sido deporte olímpico, la sede central de la competición habría sido el Rosso. Confieso que allí creí enamorarme por primera vez de unas piernas como dios manda (la propietaria de las mismas era un bombón moreno hija de un afamado dentista de la capital); allí sentí también por vez primera el irreflenable deseo de desgarrar brutalmente un jersey Benetton azul marino y blanco con el único motivo de saber la dimensión real de esos senos ocultos. Era un duro territorio de caza, pues los pijos granulados y tísicos, a pesar de su enclenque y enfermiza constitución, contaban con las letales armas del abolengo y el tronío de su fuste, y las pijas ya se sabe...
El Baobab (el relatado Bao) era otro territorio de caza interesante -además de ser el lugar donde se pudo observar por vez primera el curioso fenómeno llamado El Efecto Chernobyl- y un lugar mucho más salvaje que el anteriormente citado Rosso y, puesto que nació con vocación de lugar para pijos descarriados, la categoría de las presas era mucho más ecléctica. Niñas del Salus Infirmorum (boccato di Cardinale), bravas de las Esclavas, el aluvión de pijas de Cortadura, las sí pero no de Salesianas y una miscelánea heterodoxa inclasificable (con sus guarras oficiales y todo, oiga) desfiló, durante los casi dos lustros de hegemonía gallega en la noche gaditana, en sentido descendente-ascendente hacia el antro poco iluminado y peor aireado del sótano que llamaban pista de baile. Una lágrima salada resbala por mi afeitada y masculina mejilla al recordar sólo éstas pinceladas, gentilhombre, pues has tocado una fibra muy importante de mi evolución sátira al hacerme hablar sobre esos maravillosos antros. Va por tí y por todas aquéllas incautas que no supieron lo que tenían a mano y se perdieron -algunas, por desgracia, para siempre- el caudal de lujuria y lascivia adolescente que les habría dado la oportunidad de vivir para recordar.

Sobre el Gran Wisecarver prometo un artículo entero, habida cuenta que tan insigne sátiro -todavía tiene que practicar más- se merece una semblanza completa, y no unas meras líneas.

Seguid soñando y vuestros sueños se harán realidad.

RETURN OF THE JEDI...

Bueno, queridos perdularios, lo más probable es que ninguno de vosotros me haya echado en falta y más improbable aún es que os hayáis preguntado alguno acerca de mi prolongada ausencia en éste mi Reino Mágico. Hastiado por la terquedad del zoroastro de Zoolander, llegué a la triste conclusión de que necesitaba hundirme en las negras brumas del autolvido, que lo que verdaderamente el público virtual me indicaba no era otro que el mísero sendero del ostracismo. Como avisé, decidí adoptar una decisión drástica: La Conexión Xaouen... y a estas alturas no se con certeza todavía si me alegro o me lamento de haber adoptado tan arriesgada decisión. Sin ánimo de crear alarma,`puedo afirmar que he estado a punto de enloquecer, y no de pena, sino de pasión febril.

Sí, satirillos, he llegado a ver el fulgor de naves estelares en llamas más allá de Orión; he cruzado y cerrado tras de mí las pesadas Puertas de Tannhäuser; el sudor ha perlado mi varonil frente mientras rebufaba por mis orificios nasales, henchido de lujuria, y he dado rienda suelta al alarido primigenio onano de aaaaaiiiiiieeeeeeaaahhhh más veces de las que mí síndrome de seminarista arrepentido me suele tolerar. Porque he visitado reinos prohibidos, mundos que la mayoría de vosotros ni siquiera se atreve a soñar. He admirado y gozado del material del que están hechos los sueños, me han abducido visiones de inacabables piernas, el cuero negro y los instrumentos de tortura aplicados sobre hermosos y opulentos senos...
Es cierto, acólitos del onanismo redentor, he navegado con rumbo fijo por el increíble y perverso mundo del Femdom, con sus inenarrables mujeres que someten a mujeres; he conocido las diez mil maneras de atar piernas, muñecas, caderas, manos y senos según el Bondage más ortodoxo; tacones eternos embutidos en botas y medias de puntillas y Chantilly rodeaban las más perfectas y estilizadas piernas que os podais imaginar. No se lo recomiendo a los no iniciados,pues hoy mismo mi joven padawan Jules Biano ha podido contemplar la magna recolección conseguida aun a riesgo de mi propia salud mental y no miento ni exagero si os digo que la conmoción le durará días -es odioso tener que reconocerlo, pero no contemplo aún la figura clara de mi sucesor; todos son unos blandengues-, pues cuando le he ordenado que se fuera a descansar tras la impresión sufrida, se ha retirado como un alma en pena murmurando de forma automática una especie de salmodio monocorde (algo así como: "la celda, la mazmorra, la cola de caballoooohh..." y vuelta a empezar)
Mi mente no está perturbada, sé lo que quiero , lo que me gusta y cómo me gusta, y, aún a riesgo de comentarios criticones y tendenciosos de ciertos elementos indeseables, jamás me someteré a imposiciones de estilos vomitivos. Los enfermos son los que prefieren un saco de huesos con labios siliconados y faz de cadáver antes que un pibonazo de proporciones circunféricas que se yergue ante tí con dos pechos tomahawk sobre las alzas de unos zapatos de tacones milimétricos y altísimos que se pierden en la autopista señalada por la línea de sus medias de lingerie y seda salvaje, terminado en la perfecta redondez euclidiana de unas nalgas de vocación planetaria. ¿Que no existen? Ya os lo digo... he visto auténticas obras de arte; sólo el que busca encuentra.

CATWALK MEMORIES (II)

A pesar de los ataques de celos de Zoolander -que sabe que yo he desfilado, desfilo, desfilaré y desfilaría siempre mejor que él- como lo prometido es deuda, continuo con la semblanza de mi carrera en la pasarela. Los asiduos del blog conocereis ya lo relativo a mi primer desfile y el éxito obtenido en él. Reanudaremos la historia desde el punto en que lo dejamos...

No obstante la multitud de llamadas desesperadas de Vuitton Babies, Youngs Atteliers, Dunhill & Co., y otras marquillas de moda infantil, lo cierto es que, muy acertadamente, decidí abandonar el mainstream naciente para dedicarme al estudio y al deporte en exclusiva. Creedme si os confieso que jamás pense qué la práctica del baloncesto pudiese conducir, como un irónico bucle, a acabar de nuevo en las pasarelas, pero así fue.
Siempre he tenido clubes de fans, eso es un dato y no una vacilada; si luego resulta que no acabo cepillándome al club entero, eso no significa nada, es cosa mía. Pues bien, acólitos del satirismo, resulta que en el primer club de fans de Van Doren había una chica muy salada y con la piel más suave que os podáis imaginar, un poquito desgarbada y feucha en aquellos tiempos, algo esquelética y con el pelo más horroroso que se pueda pensar. Ese patito feo con el devenir del tiempo acabaría siendo proclamado con todos los honores y magno reconocimiento nada más y nada menos que con el título de Miss España, o lo que es lo mismo, como oficalmente la mujer más guapa de España (y Jerez). Mirando hacia atrás - with a little bit of anger, I must say- todavía la puedo ver con esa sonrisa franca y abierta, sentada, con la gracia y picaresca que sólo se desarrolla en las quinceañeras, entre las gradas del pabellón aplaudiendo mis escorzos y tiros. Junto a ella se sentaba su amiga Silvye, otro gran mito sexual de mi onana pubertad, en los tiempos en los que el deseo de ambas por mí spectacular body aún no había corrompido su amistad.
Al principio, como todo adonis que se precie, no le eché cuenta alguna, principalmente por tres motivos: a)el MVP del partido JAMÁS se digna a coloquiar con los fans, pues la obligación de éstos -como fanáticos que son- es la de adorar en la distancia, con mirada mendicante y llena de fe, al objeto de sus deseos; b) ya he dicho que por entonces no era gran cosa, y no me gusta repetirme y c) a y b son ciertas. Pero como prometía bastante -buen esqueleto, piernas tan largas que le llegaban hasta el suelo, bonita sonrisa- y Van doren siempre se ha distinguido por advertir al primer vistazo la diferencia entre una foca en ciernes y un algo indeterminado con tendencia a pibonazo, poté por dejar que sus atenciones pareciesen que encontraban más eco que las de los demá miembros del club de fans (ut sementem feceris ita metes...), pero todo ello sin dejar de controlar las inconmensurables cachas de Silvye, que -todo hay que decirlo- ya en aquella temprana época podían haberle dado de comer a un batallón de marines, pues tenía dos columnas dóricas perfectamente torneadas y, y, y... aaaaiiiieeeeaaaaaahhhhh!
El recuerdo de aquel domingo y de como se curvaban las cachas de la próxima miss y las de su amiga en la estrechez de las gradas me impide continuar. Debo acudir a Xaouen para conectar, pero volveré, pese a Zoolander.
Vae Victis.

EL ENTRAÑABLE BEN

Que la tierra se abra a su paso. Que un coro de atractivas policías metropolitanas inglesas ataviadas con tacones y ligueros de colores que no vayan a juego despeje el tráfico. Que una docena de enfermeras con batas cinco tallas menos y senos voluptuosos le atienda en todo momento, y que no le falte de ná porque entra en escena tan sólo el recuerdo del quizá mayor sátiro de todos los tiempos. En aquellos ignotos tiempos en los que ver una cacha en la tele era más raro que lograr que zoolander girase a su izquierda, aunque fuera incorrectamente, el careto color camarón palo de Benny Hill pronto se convirtió en el faro luminoso que avisaba de la media hora más ansiada por la juventud onana de nuestros tiempos mozos. También hay que decir que ver a Benny con sus ojillos de sátiro y su cara hinchada dándole pamplis en la cabeza al viejo calvo era un puntazo, las cosas como son. Pero, al tema, ¿qué decir de esas pedazos de cachas en ligueros y tacones altos, de esas caras de inocentes colegialas inglesas que ponián cara de azoradas cuando Benny les subía las faldas con el truco del ciego y el bastón, o las primeras pibas que uno ha visto en su vida, ataviadas como doncellitas francesas (sí, sttrujuasky, Viva Connie, la pequeña ídem), o esas enfermeras de proporciones matemáticas, con cola de caballoooooh, esos canalillos de Suez y Panamá, esas botas, esas policías neumáticas por las que deseabas abyectamente ser detenido y maniatado, esas gáfas -sí, esas gafas- acompañadas de cuellos de camisa interminables que rodeaban el cuerpazo escultural de la profesora de Benny? Sólo se puede decir !Chapeau por Ben¡. Sin Ben mis noches de insomnio habrían sido insoportables, me hubiese faltado su insuperable guía de las proporciones correctas, con toda probabilidad habría seguido un camino equivocado y -no quiero ni pensarlo- hasta habría cabido la posibilidad de convertirme en un defensor de Esther Cañadas!!!!. !Cuanto onanismo gracias a Ben y a sus chicas! ¡Qúe solos estamos sin tí!
Benny ha sido el maestro en la penetración del satirismo en todos los hogares del mundo, y , como es de bien nacidos el ser agradecidos, en este mismo momento someto a la vox populi -excepto a zoolander, por su gazmoñería, grosería y falta de glamour demostrados- el instaurar el I Certamen de Relatos Sátiros Cuasi Ciertos Benny Hill, dotado con un premio de un auténtico ejemplar en buen estado de la famosa publicación alemana "BUSEN EXTRA" para el placer onano de cada cual. De ser aceptada la idea, las Bases del Concurso serán publicadas en el apartado El Seno del coseno.
Larga vida en nuestra memoria para tan renombrado prócer.
Vae Victis.

CATWALK MEMORIES (I)

Due to popular demand, como dicen los sajones, comienzo hoy las memorias de mi etapa de modelo. No sé con certeza si seré capaz de recordar todos los detalles, pero prometo empeñarme en ello. En fin, ahí va...

Desde que tengo uso de razón-es decir, desde que tenía uno o dos meses, más o menos- he vivido con la cantinela de las alabanzas a mi hermosura. La gente por la calle se detenía asombrada ante ese increíble querubín de pelo radiante como el sol y ojos de color azul cielo, colmando de parabienes a mi madre y felicitándola por haber tenido a semejante bellezón de bebé por hijo.
-de mayor traerá de cabeza a las mujeres-le decían
-parece un niño Jesús-llegó a afirmar una de las señoras más importantes de la ciudad
-pues a mí no me parece tan hermoso-decían los envidiosos.

El caso es que crecí-bastante- y llegó la hora de participar en mi primer desfile importante, el primero que recuerdo que dejara pasmado a la audiencia congregada: el desfile de mi Primera Comunión. Recuerdo que yo ya habia mostrado a mis padres parte de mi temperamental carácter a la hora de elegir el traje para la ceremonia. Por supuesto que me negué rotundamente a dejar que fuesen ellos los que eligiesen los complementos añadidos a ese traje de marinero psicodélico de horrorosas hombreras y peor caída al frunce de la sisa y, con escasos nueve años, me planté y les dije que o me dejaban elegir los zapatos (pretendían colocarme unos horterísimos mocasines blancos de borlones que además me hacían daño) y el cordón de marinero distinguido-siempre hubo clases- o me negaba en rotunda oposición a aceptar las Sagradas Formas, con lo cual no hubiera hecho sino darle la razón a la pérfida de mi maestra, Doña Lucrecia, que era tan fea como su nombre, tenía una verruga en la comisura del labio derecho como una croqueta de jamón carbonizada y me odiaba porque había intentado domeñar mi espíritu y, evidentemente, se comió un carajo.

Llegado el día de la ceremonia, y para dar por culo a mis detractores que hacían apuestas afirmando que no sería capaz de comportarme con la oportuna educación y respeto, adopté una pose de sublime extásis, junté mis manos en muda plegaria, erguí mi espalda y me dispuse a esperar a que el maestro de ceremonias pronunciase la mágica resonancia de mi nombre. Cuando fue pronunciado, cientos de cabezas se volvieron al unísono. Las más con admiración y expectación, algunos con el verde de la envidia pintando sus vulgares y anodinos rostros.
Llevaba el cabello a la moda de la época -recordad, perdularios, que en esos tiempos hacía furor la serie "Con ocho basta"- y me habían peinado mi refulgente media melena con un gracioso plisado hacia delante y pequeñas patillas a lo griego, los zapatos de mocasín americano con medio talón (sin borlones y de un bonito color semibeige) y un cordón de oro trenzado al hombro derecho.
Me levanté en vertical, sin escorarme hacia ningún lado, y caminé erguido con la vista fija en las alturas hasta el altar, hice lo que tenía que hacer y, con un giro de mi talón izquierdo, me volví hacia mi banco con parsimonia y altivez, la cabeza agachada a medias, la media sonrisa característica de van doren y los pasos justos y necesarios para ocupar mi lugar y dar rienda suelta al recogimiento.

Éxito absoluto, felicitaciones por doquier, y lo mejor de todo...hasta la muy perra de Doña Lucrecia no tuve más remedio que confesar que mi actuación, comportamiento y compostura habían sido intachables. Confieso que me gustó eso de desfilar y sus consecuencias las sabreis en el próximo capítulo.

Vae Victis.

I´m too sexy for my body... ummmhh

A petición popular y especialmente dedicado al inquilino comunista del Gulag, más que mi hermano, padrecito, me dispongo a acometer la tarea de relatar en exclusiva mundial y por vez primera en público la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre el mundo de la moda en el cual yo partícipé hasta que no tuve más remedio que darle la razón a mi admirado Balenciaga y mandarlos a todos y todas a tomar por el mismísimo culo en el sentido lateral de la palabra. Ignoro si este limbo virtual es lo suficientemente seguro como para poder contar todo lo que ocurrió durante los escasos dos años y medio en los que el sol dejó de brillar avergonzado ante la iridiscencia del paso de mi aura de dios griego por las pasarelas y estudios fotográficos, y ésa ignorancia me hace dudar de si debo contar la verdad de la verdad (hay famosos/as del candelabro de por medio y ya se sabe...)
También me planteo si habrá espacio suficiente para todo el material, razón por la cual he decidido que, antes de comenzar, dejaré que la audiencia decida a su vez qué formato prefiere: a)síntesis de lo más picante y resaltable o b)exhaustiva narración por capítulos y con todo lujo de detalles morbosos a publicar en la sección el seno del coseno. Vosotros decidís.

En lo relativo al mundo de los culebrones, acepto igualmente el encargo.

Vae Victis.

Culebrones y pasarelas

AVISO: Esta es una intrusión no autorizada de Fiodor Sttrujuasky en la bitácora de Van Doren

Aprovéchome de mis conocimientos informáticos para violar la integridad del espacio de Van Doren, a fin de exigir que aborde con el debido empaque dos temas que oculta por motivos que sólo él y yo conocemos. Creo que la inmensa cohorte de sátiros aquí reunida merece ser regalada con los sabios consejos de Van Doren sobre dos cuestiones fundamentales y básicas para el entendimiento del onanismo que nos acecha. A saber:

a) Tallas y escotes de las actrices secundarias de culebrones, relación geométrica y cálculo del índice M (el tiempo que se tarda en tener mareos y convulsiones ante la visión de esa trigonometría esférica de allende los mares). Van Doren es un gran especialista en el tema, y podría ayudarnos a superar las sobremesas sudorosas que provoca "Mi Gorda Bella" (reconocedlo, perdularios, ¿cuántas han caido ya?).

b) Van Doren debería explicar aquí su breve pero intensa experiencia en el mundo de las pasarelas, siendo él un joven e inexperto sátiro de medio pelo, poco más que un efebo deseado por ostras y caracoles. Quizá así entenderíamos su continuo denoste por las pibonskas esqueléticas que muestran su escasa carne y abultada osamenta por el catwalk de Cibeles.

Pidiendo disculpas por la violación de aqueste espacio de mi docto colega, prácticamente hermano, me despido desde la miseria del gulag.

Fdo: Fiodor Ramonovich Sttrujuasky

EL ULTIMO TREN A KATANGA

Cinco de la mañana en cualquier antro de cualquier ciudad. El alcohol y el humo de los cigarrillos pesa sobre tu ánimo como una losa de mil toneladas. Ningún pibón de los que has visto ha mantenido contacto visual contigo durante tiempo suficiente para ser abducida por tu intenso magnetismo sexual. Lentamente te planteas tirar la toalla, el protector bucal, despedir a tu entrenador y al manager e incluso retirar tu ficha de la Federación de Sátiros, pues hace tiempo que la caza escasea y tu pene va peligrosamente cada vez más pareciéndose a un Joystick.
Desparramando la vista alrededor caes en la cuenta de que alguien te mira. ¡Oh, no! has captado la atención de ellas. Sí, de ellas. ¿Pero quienes son ellas? Un grupo de puretas que refleja en su mirada anhelante el deseo salvaje de ser poseídas por quien sea. Son feas o poco agraciadas -eran así ya en su adolescencia, juventud y madurez- y se ofrecen en su mirada a cualquiera que les sirva para olvidar las carencias afectivas o sexuales de su vida. No quieren nada más que ser atendidas como todas las mujeres, pero algo falló hace tiempo y ahora deambulan cual fantasmas por el limbo de la noche ansiando comprensión, atención, afecto, un poco de pum-pum (o un mucho)y una sonrisa cálida que prometa, aunque mienta, un poco de amor.
Nunca he tomado ese tren, he preferido marcharme a seguir haciendo muescas en mi Joystick a aprovecharme de ese grupo de viajeras con destino a Katanga, pues no puedo quitarme de la cabeza que, aunque lo niegue, dentro de poco ése mismo billete de tren será para mí.
Vae Victis.

Van Doren Imperator

Poca gente se ha llegado a preguntar en serio no ya en qué época histórica le hubiera gustado nacer y vivir, sino en qué honesta ocupación le hubiese gustado emplear sus horas de vida, de haber podido elegir. Yo, satirillos, lo tuve siempre muy claro desde el principio. Hasta me cortaría mi magnífico y desmesurado Cetro del Poder por haber sido Emperador Romano. Sí creeis que lo sabeis todo sobre la degeneración de los Césares porque habéis visto esa patraña urdida por la enfermiza pluma de Robert Graves llamada Yo, Claudio y además pensáis que Cayo Druso Tiberio Nerón Germánico (er Calígula)era un auténtico degenerado, lamento contradeciros, nenes, pues el zapatillones -mote que le pusieron las legiones de su padre en Hispania y que es el verdadero significado de la palabra Caligula- era un mariquita en cuestiones de degeneración. Su madre, Agrippina la menor, le daba diez mil vueltas y media. Sabed, aspirantes, que de los primeros quince emperadores romanos, solamente Cla-Cla-Cla-claudio tenía gustos normales o heterosexuales. Calígula comparado con Cómodo es un opusino, Cómodo comparado con Heliogábalo es un niño de San Ildefonso -a pesar de que se nombró a sí mismo Emperatriz y masacró a todo el personal de su palacio por haberle faltado al respeto a su novio, un bello tribuno militar llamado Macrino- y Heliogábalo comparado conmigo no es más que lo que fue, una maricona histérica que no supo aprovechar su poder y acabó empalado por las lanzas de los pretorianos.
Yo sí que me lo montaría bien. Dispondría de una abundante provisión de esclavas germanas de largas trenzas y enormes ubres que me calentarían la cama al anochecer y al amanecer. Exigiría ser despertado todos los días con unas tonificantes felaciones realizadas por al menos cinco esclavas procedentes de Hispania, Galia, Dacia, Numidia y Nubia. Ordenaría ser transportado desde mi alcoba hasta el baño por una silla de manos con seis porteadoras negras desnudas que lavarían mi bello y apolíneo cuerpo sin escatimar ni tiempo ni mis ocurrencias, como frotarme la espuma del rostro por dos o tres parejas de inmensos senos, por poner un ejemplo. Terminadas mis abluciones matinales me entretendría un ratito depilando pubis galos, que siempre han tenido fama de ser abundantes, hasta que mis obligaciones con el Senado y el Pueblo de Roma me lo exigiesen. Es sabido que al satirín de Nerón le gustaba que un bello esclavito griego impúber le enjuagase el manubrio mientras escuchaba los largos y tediosos informes del Senado. Yo los escucharía dentro de mi piscina particular junto con veinte o treinta esclavitas griegas que me diesen unas friegas cuerpo a cuerpo para relajarlo y despejar y abrir mi mente a la pesada tarea de gobernar. Podría continuar con el realto de mi jornada pero el artículo sería larguísimo y alguien me podría tachar de vicioso...
Vae Victis.