ELLAS SE LO PIERDEN...
A la vista de que este mundo perdulario virtual se ha convertido en mi último paño de lágrimas, voy a aprovechar para decir de una vez por todas lo que opino sobre ésa engañifa hipócrita que se ha tildado en llamar la liberación sexual de la mujer. Lo primero que se me ocurre es que es mentira, una gran mentira. Lo segundo que es mentira, una gran mentira y así puedo seguir hasta el cómputo íntegro de n factorial. Podría mostrar aquí mi enorme -todo en mí lo es- erudición desmontando las bases de ésa supuesta liberación sexual y demostrar que el libre albedrío en la elección de sus parejas no tiene ni remotísimamente nada que ver con la liberación de la mujer en el plano sexual. ¿Que nó? La culpa -o al menos gran parte de ella, para ser honestos- la tuvo Shere Hite, la cual con la publicación de su Informe sobre la Sexualidad Femenina a finales de los 70´s armó un gran alboroto y ciertamente supuso un magnífico toque de atención para la legión de reprimidas existentes en aquél entonces, pero no fue más allá de una radiografía de los problemas femeninos y de los delirios de alguna que otra histérica. Como casi siempre, el macho de la especie humana se lleva la parte del león y, por lo tanto, según Hite, es el responsable y culpable histórico de los tabúes femeninos y sus problemas de desarrollo emocional. Como lo anterior es mentira, doy por embuste la mayoría de las conclusiones de la Sra. Hite.
Lo verdaderamente indignante es que casi tres décadas despúes se sigan yuxtaponiendo la liberación laboral y la sexual. No existe liberación sexual femenina, puesto que dicho término es anfibológico -depende de su contexto exacto para no caer en ambigüedades- y tal y como está escrito lo único que define es que la mujer ya no se encuentra bajo el poderío y sumisión de su marido en el ámbito sexual (hasta hace muy pocos años la víctima de una violación brutal en el seno de su matrimonio no era considerada como perjudicada por un delito de violación; se consideraba como un "onus maritalis" el ofrecerse para aplacar las ansias lujuriosas y libidinosas de los maridos, y eso es lo que había...
Pero ahí acaba todo, pues la fisiología y los atavismos sociales y psicológicos reconducen nuevamente todo al punto en que a la profesora Hite tanto le sorprendió. Las pibas siguen siendo igualmente de difíciles ahora como hace treinta años. Es más, hace treinta y tantos años se dió una de las últimas etapas de casi libre albedrío en el plano sexual, pero no creo que puntúe mucho como tal porque en la época hippie se follaba a diestro y siniestro por un convencionalismo coyuntural y una jartá de tripis, así que la autonomía de la voluntad no era tal autonomía. Me reitero, no existe liberación sexual femenina, entendida como la facultad y posibilidad real y auténtica de hacer con tu sexualidad lo que te venga en gana por que ellas no quieren. ¿Qué porqué no quieren?, pues si Freud ya en 1929 se preguntaba lo mismo y no obtuvo respuesta, el infrascrito no va a obtener mejor resultado en sus pesquisas, sobre todo si no colaboran y se aplican a tan interesante estudio, pero si yo fuera piba...
Vae Victis.
Lo verdaderamente indignante es que casi tres décadas despúes se sigan yuxtaponiendo la liberación laboral y la sexual. No existe liberación sexual femenina, puesto que dicho término es anfibológico -depende de su contexto exacto para no caer en ambigüedades- y tal y como está escrito lo único que define es que la mujer ya no se encuentra bajo el poderío y sumisión de su marido en el ámbito sexual (hasta hace muy pocos años la víctima de una violación brutal en el seno de su matrimonio no era considerada como perjudicada por un delito de violación; se consideraba como un "onus maritalis" el ofrecerse para aplacar las ansias lujuriosas y libidinosas de los maridos, y eso es lo que había...
Pero ahí acaba todo, pues la fisiología y los atavismos sociales y psicológicos reconducen nuevamente todo al punto en que a la profesora Hite tanto le sorprendió. Las pibas siguen siendo igualmente de difíciles ahora como hace treinta años. Es más, hace treinta y tantos años se dió una de las últimas etapas de casi libre albedrío en el plano sexual, pero no creo que puntúe mucho como tal porque en la época hippie se follaba a diestro y siniestro por un convencionalismo coyuntural y una jartá de tripis, así que la autonomía de la voluntad no era tal autonomía. Me reitero, no existe liberación sexual femenina, entendida como la facultad y posibilidad real y auténtica de hacer con tu sexualidad lo que te venga en gana por que ellas no quieren. ¿Qué porqué no quieren?, pues si Freud ya en 1929 se preguntaba lo mismo y no obtuvo respuesta, el infrascrito no va a obtener mejor resultado en sus pesquisas, sobre todo si no colaboran y se aplican a tan interesante estudio, pero si yo fuera piba...
Vae Victis.
8 comentarios
tomas -
Van Doren -
Melibea -
Van Doren -
Vae Victis.
pokapeski -
pokapeski -
quillo, van doren, que llego hoy por la tarde. ya te vere, cabrini.
Agur.
pokapeski -
Otro blog, pa leerme despues.
Po nada, ta luego.
Tata -