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El Rincón del Sátiro

Be true to yourself

SUMMER IN THE CITY

Estoy profundamente salido. No sé si sentirme orgulloso de ello o ir buscándome de una reverenda vez esa cueva en las cercanías de Xaouen para dejar pasar el resto de mis días en etérea contemplación del crecimiento incesante pero paulatino de estalactitas y estalagmitas en amigable componenda. Y además, perdularios y perdularias virtuales, compruebo entre excitado y desazonado que la nueva remesa de hembras en edad de merecer viene neumática neumática (alá sea loado), con unos pechos de campeonato (yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii).
Si la cara es el espejo del alma, mi cara es corrupta, lasciva, libidinosa, lúbrica, procaz y sardónica. Todas me gustan -hoy en el autobús me he tenido que girar un tercio hacia mi derecha en mi asiento porque los efluvios de satirismo traspasaban mis gafas de sol Randolph Engineerinig (marca que ganó la patente para surtir a la aviación militar estadounidense por solucionar el problema de los rayos ultravioleta en los ojos de los pilotos) y la morena bajita pero con una melena azabache preciosa y unas cachas de órdago a la grande que se baja una parada antes de la mía y que tuvo la osadía de sentarse frente a mí ya se estaba empezando a asustar-, casi todas me atraen. Mis antebrazos se están empezando a parecer peligrosamente a los de Popeye (normal con la novia que tenía) y mi supinador largo y pronador redondo izquierdos dan miedo de verdad.
Aún no he tenido valor para acercarme a la playa y solo estamos a principios de junio. A mayor abundamiento, mi espías me informan de que el índice de pechos en top-less se ha incrementado con respecto al año pasado en casi un 500% !y esto en una playa urbana!
Yo soy un niño bueno y no quiero pecar, pero mi eudaimon probablemente vencerá y ¿quien sabe? a lo mejor hasta me como algo.
Vae Victis.

GOOD OLD-FASHIONED LOVER BOYS

Esto es la hostia, colega. Os aseguro que ya me estoy empezando a hartar de tanto chuleo femenino de tres al cuarto. Ya me toca los cojones sobremanera tanto desprecio de lo masculino y viril de boquilla para fuera para luego en la intimidad reprocharnos la falta de precisamente lo que se critica. Que si ya no quedan hombres como los de antes, que si menos filosofía y más praxis...Pero bueno, ¿es que las pibas no se aclaran? Nenes, esto va ser el fin del mundo como se siga así. Hasta lo que yo se y he vivido, me parece a mí que un hombre de los de antes arreglaría el sarao actual con un par de guantazos y un aquí mandan mis cojones y estosacabao y a la puta cocina, pero !joder! eso sería una animalada indigna de la condición de hombre y me niego a creer y menos aún a admitir que eso sea lo que las pibas quieren.

Hace relativamente poco tiempo me comentó una chavala -creo que era sincera- que parecía que a los hombres de hoy nos daban miedo las mujeres. Mi respuesta fue: "no es que lo parezca, es que es así" Obviamente el miedo existe y eso es innegable, pero el miedo no es a la mujer en cuestión, más bien ese miedo es a la incertidumbre de no saber en absoluto de qué pié cojea la interfecta. ¿Un hombre de los de antes? el infrascrito -o sea, yo- está hasta los testículos de ser galante y que le devuelvan el desprecio y la callada por respuesta; está hasta la coronilla de los doscientos mil millones de artículos pseudoperiodísticos de las revistillas "femeninas" en los que se destila la hez y la hiel de lo peor que puede surgir de una mente femenina; estoy -y esto si lo voy a decir tan feo como suena- hasta los putos huevos del acoso y derribo al macho, de tragar quina por cada loco que maltrata, de que nos metan a todos en el mismo saco, de que se nos asigne todo lo horrible y pútrido de la condición humana a los hombres, de que los hombres de hoy tengan que ser:

- sensible y a la vez duro
- tierno y a la vez firme
- llorones delante de ellas e incapaces de soltar una lágrima.
- atentos y desatentos
- cocinitas e intelectuales
- catedráticos del cobeo
- inmunes al dolor y a la enfermedad
- etc,etc

A veces pienso que el premio no merece la pena el esfuerzo. Como siempre digo, si somos tan torpes, tan lentos, tan indefensos, tan previsibles, tan poca cosa, tan cortitos y tan pa echarnos, pues podrían ayudar un poco ellas y poner de su parte, que costaría muy poco. Yo no voy a cambiar por ellas y continuaré cediendo el asiento aunque me fulminen con la mirada, me bajaré de la cera para ceder el paso, les retiraré el asiento para que se sienten, respetaré a las mujeres -de hecho ése es el principal problema, que las respeto más de lo que ellas mismas se respetan y así me va- tal y como me educaron y si no gusta !QUE LES DEN POR EL CULO!

Vae Victis

THE GREAT PRETENDER

Oh, sí, yo soy el gran hipócrita... cómo si fuese todo tan fácil. A veces me pregunto cuál de las máscaras que utilizamos a diario en la gran farsa de la vida es la auténtica, la imagen que realmente somos. Todo es un gran juego de probabilidades y nuestros actos son por ello meros intentos intuitivos.
Tengo la cabeza hecha un lío, lo sé, y no espero que me comprendais, queridos perdularios y perdularias -que me parece que alguna hay, y si así fuera, que lo confiese, que éso no es malo- pero lo estoy pasando mal, muy mal, muy muy mal, muy muy muy muy mal. Pero ahí está el tío, con cara de yo soy el puto amo y el Neo aprendió de mí, aunque por dentro se lo estén comiendo los gusanos.
Pero, ¿porqué me siento así? No me entiendo. !Sí yo soy la leche! Sinceramente y objetivamente hablando soy el mejor macho reproductor en cientos , no !miles! de kilómetros a la redonda. He pasado con aprovechamiento todos los tests de Cosmopolitan -incluido el de que harías si te encontrases a tu piba con tu mejor amigo en tu cama con tus preservativos y tu pijama puesto- Vogue, Harpeer´s Bazar, Mía, Tuya , Nuestra y demás publicaciones. Mis dones naturales podrían permitirme trabajar en el porno (de los normalitos, sin estridencias, pero tampoco desentonaría)No tengo instintos malvados hacia las mujeres y espero no tener nunca la desgracia de ver a alguien delante mía intentando abusar en contra de la voluntad de una mujer o profiriéndole maltrato, so riesgo de echarme a perder la vida. Tengo los defectos propios del ser humano, pero mis virtudes pesan más en la balanza, entonces ¿QUÉ COJONES PASA?
El niño que fui, el joven que me dejaron ser y el adulto que no sabe quién es luchan a diario con enconado esfuerzo por imponerse unos sobre otros. Día a día resulta cada vez más arduo este peregrinar multipersonal. ¿Era realmente más liviana la vida juvenil que la actual, más sencilla la vida infantil? Los amigos que tanto compartimos, las mujeres a las que amamos o creímos amar, la mujer a la que nunca tuve el valor de decirle lo que sentía en ése preciso instante. ¿Donde están todos ellos?
La soledad es todopoderosa. Puede incluso hacer que tus mejores armas en sociedad sean poco más que inútiles trastos en tu triste intimidad. Llega un momento en el que tu colección de revistas guays, tus estanterías de cine de amor propio, los cómics eróticos y los documentales de dinosaurios ya no son suficientes. Hay instantes de lucidez (creo que en las fases del joven que me dejaron ser) en los que lo obvio de mi estupidez en determinados momentos de mi vida resulta abrumador. Para seguir adelante tengo que recurrir demasiado al niño que fui, pero éste ya no me reconoce ultimamente. Dormir, tal vez soñar...para combatir a la memoria, enemiga mortal de mi descanso.
Para los cálculos de de Alighieri, ya he pasado de la mitad del camino de la vida. Fui estrella del deporte, fui most popular boy del Parvulario, del Jardín de Infancia, del Colegio Redondo, de San Estanislao (donde tuve mi primer orgasmo con escasos seis años), de Salesianos, del Instituto Militar Cortadura , de la Facultad y del Foro. Mi estela refulgente brilló (y deslumbró en ocasiones) con la fuerza de un centenar de estrellas. Mi nombre y mi alias se susurraban en voz queda a mi paso altanero y era respetado por los otros machos del territorio. Nunca promoví una trifulca ni participé en ella voluntariamente. Detesto la violencia y lo vulgar y puedo asegurar iuris et de iure que jamás ofendí a niña, jovencita, mujer, o hembra mamífera alguna en estado de embriaguez, ni me aproveché tampoco de la embriaguez de ninguna (aunque confieso que una vez lo intenté y quedé con una pibita para beber en la casa de un colega, pero como me las dí de machito y me puse a vacilar de que bebía como un cosaco, me pasé un pelín, por lo que al decimoquinto John Wayne caí trompa y como ella siguió bebiendo,cayó trompa también) lo cual me ha valido la enemistad felina con dichas pibas -por lo visto parece ser que consideran que les hice un desaire o algo así, por no aprovecharme de su estado de embriaguez; en mi descargo debo decir que una vez que estudias el delito de abusos deshonestos es complicado cohonestar la norma, el alcohol y la testosterona, así que, aún a riesgo de malentendidos, es preferible una vuelta de cara glamurosa que seis años y un día de dolor medieval en salva sea la parte- pero todavía cuando me cruzo con ellas me sale el ademán de saludarlas.
Sin haber tenido más contacto carnal con los hombres que los abrazos consecuentes a la consecución de miles de canastas durante la práctica del baloncesto, he cometido muchas mariconadas en mi vida, entendiendo como mariconada el no comportarme como es de esperar de un hombre en determinada situación. Incluso llegó a haber un frase, repetida entre el faunario de la movida juvenil de mis tiempos que decía que aunque me estuviesen dando la enésima fellatio, yo aún estaría preguntándome si pillaría cacho con esa piba. Puede ser, pero yo solamente reconozco una mariconada en mi vida (bueno dos, pero la segunda tiene arreglo, o podría tenerlo) y la cometí en Medina. Me siento tentado a hablar de ello, pero como excusatio non petita accusatio manifiesta, baste decir que en América las pruebas circunstanciales me acusarían de haber cometido la mariconada, pero aquí, de saberse la verdad, me absolverían.
Millard Benneth dijo en una ocasión que si te dabas por satisfecho con lo que habías obtenido y no perseverabas en la consecución de nuevas y mejores metas, entonces lo único que te quedaba era sentarte en una silla a esperar la muerte. Como en todas las sentencias, hay algo de erróneo y halgo de aserto. ¿Significa eso que vivo anclado en los éxitos pasados, incapaz de imaginar logros futuros? Realmente no lo sé. !Ha cambiado tanto el personal! ¿A quien engaño a todas horas? ¿Es a mí o a los demás? ¿Será todo una ilusión y verdaderamente uno puede tomar las riendas de su propio destino, sin esclavitud a determinismo alguno? ¿Verdaderamente querer es poder? ¿Es el amor una ilusión también y se deforma por nuestros apetitos? ¿Se puede vivir sin él? ¿Es posible la vida en soledad sin acabar hipomaníaco? ¿A quien intento engañar? ¿A quien intento engañar?
Existe la posibilidad de que esta racha mejore, yo sobreviviré, seguro, pero ¿quien me asegura que para entonces el niño que fui y el joven que me dejaron ser no hayan sido desterrados de por vida por el adulto que jamás sabré a donde vá ni lo que quiere?
Vae Victis, Vae Me.

I´m too sexy for my body... ummmhh

A petición popular y especialmente dedicado al inquilino comunista del Gulag, más que mi hermano, padrecito, me dispongo a acometer la tarea de relatar en exclusiva mundial y por vez primera en público la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre el mundo de la moda en el cual yo partícipé hasta que no tuve más remedio que darle la razón a mi admirado Balenciaga y mandarlos a todos y todas a tomar por el mismísimo culo en el sentido lateral de la palabra. Ignoro si este limbo virtual es lo suficientemente seguro como para poder contar todo lo que ocurrió durante los escasos dos años y medio en los que el sol dejó de brillar avergonzado ante la iridiscencia del paso de mi aura de dios griego por las pasarelas y estudios fotográficos, y ésa ignorancia me hace dudar de si debo contar la verdad de la verdad (hay famosos/as del candelabro de por medio y ya se sabe...)
También me planteo si habrá espacio suficiente para todo el material, razón por la cual he decidido que, antes de comenzar, dejaré que la audiencia decida a su vez qué formato prefiere: a)síntesis de lo más picante y resaltable o b)exhaustiva narración por capítulos y con todo lujo de detalles morbosos a publicar en la sección el seno del coseno. Vosotros decidís.

En lo relativo al mundo de los culebrones, acepto igualmente el encargo.

Vae Victis.

Culebrones y pasarelas

AVISO: Esta es una intrusión no autorizada de Fiodor Sttrujuasky en la bitácora de Van Doren

Aprovéchome de mis conocimientos informáticos para violar la integridad del espacio de Van Doren, a fin de exigir que aborde con el debido empaque dos temas que oculta por motivos que sólo él y yo conocemos. Creo que la inmensa cohorte de sátiros aquí reunida merece ser regalada con los sabios consejos de Van Doren sobre dos cuestiones fundamentales y básicas para el entendimiento del onanismo que nos acecha. A saber:

a) Tallas y escotes de las actrices secundarias de culebrones, relación geométrica y cálculo del índice M (el tiempo que se tarda en tener mareos y convulsiones ante la visión de esa trigonometría esférica de allende los mares). Van Doren es un gran especialista en el tema, y podría ayudarnos a superar las sobremesas sudorosas que provoca "Mi Gorda Bella" (reconocedlo, perdularios, ¿cuántas han caido ya?).

b) Van Doren debería explicar aquí su breve pero intensa experiencia en el mundo de las pasarelas, siendo él un joven e inexperto sátiro de medio pelo, poco más que un efebo deseado por ostras y caracoles. Quizá así entenderíamos su continuo denoste por las pibonskas esqueléticas que muestran su escasa carne y abultada osamenta por el catwalk de Cibeles.

Pidiendo disculpas por la violación de aqueste espacio de mi docto colega, prácticamente hermano, me despido desde la miseria del gulag.

Fdo: Fiodor Ramonovich Sttrujuasky

Van Doren Imperator

Poca gente se ha llegado a preguntar en serio no ya en qué época histórica le hubiera gustado nacer y vivir, sino en qué honesta ocupación le hubiese gustado emplear sus horas de vida, de haber podido elegir. Yo, satirillos, lo tuve siempre muy claro desde el principio. Hasta me cortaría mi magnífico y desmesurado Cetro del Poder por haber sido Emperador Romano. Sí creeis que lo sabeis todo sobre la degeneración de los Césares porque habéis visto esa patraña urdida por la enfermiza pluma de Robert Graves llamada Yo, Claudio y además pensáis que Cayo Druso Tiberio Nerón Germánico (er Calígula)era un auténtico degenerado, lamento contradeciros, nenes, pues el zapatillones -mote que le pusieron las legiones de su padre en Hispania y que es el verdadero significado de la palabra Caligula- era un mariquita en cuestiones de degeneración. Su madre, Agrippina la menor, le daba diez mil vueltas y media. Sabed, aspirantes, que de los primeros quince emperadores romanos, solamente Cla-Cla-Cla-claudio tenía gustos normales o heterosexuales. Calígula comparado con Cómodo es un opusino, Cómodo comparado con Heliogábalo es un niño de San Ildefonso -a pesar de que se nombró a sí mismo Emperatriz y masacró a todo el personal de su palacio por haberle faltado al respeto a su novio, un bello tribuno militar llamado Macrino- y Heliogábalo comparado conmigo no es más que lo que fue, una maricona histérica que no supo aprovechar su poder y acabó empalado por las lanzas de los pretorianos.
Yo sí que me lo montaría bien. Dispondría de una abundante provisión de esclavas germanas de largas trenzas y enormes ubres que me calentarían la cama al anochecer y al amanecer. Exigiría ser despertado todos los días con unas tonificantes felaciones realizadas por al menos cinco esclavas procedentes de Hispania, Galia, Dacia, Numidia y Nubia. Ordenaría ser transportado desde mi alcoba hasta el baño por una silla de manos con seis porteadoras negras desnudas que lavarían mi bello y apolíneo cuerpo sin escatimar ni tiempo ni mis ocurrencias, como frotarme la espuma del rostro por dos o tres parejas de inmensos senos, por poner un ejemplo. Terminadas mis abluciones matinales me entretendría un ratito depilando pubis galos, que siempre han tenido fama de ser abundantes, hasta que mis obligaciones con el Senado y el Pueblo de Roma me lo exigiesen. Es sabido que al satirín de Nerón le gustaba que un bello esclavito griego impúber le enjuagase el manubrio mientras escuchaba los largos y tediosos informes del Senado. Yo los escucharía dentro de mi piscina particular junto con veinte o treinta esclavitas griegas que me diesen unas friegas cuerpo a cuerpo para relajarlo y despejar y abrir mi mente a la pesada tarea de gobernar. Podría continuar con el realto de mi jornada pero el artículo sería larguísimo y alguien me podría tachar de vicioso...
Vae Victis.

FROTTEURS AL ASALTO

Seamos sinceros. ¿Quien no ha tenido en su vida la suerte de entrar en un autobús lleno hasta los topes de gente y, mientras se caga en la Orden de Santiago y los primeros signos de ansiedad afloran de repente, darse cuenta de que la pibonska del día acaba de entrar tras la última parada y el tumulto y el balanceo la van empujando irremisiblemente hacia tí?

- "Diossss, viene directamente hacia mí!" -piensas mientras intentas hacerle sitio para que no tenga más remedio que acomodarse en el estrecho hueco que has logrado fabricar para ella- "Debo mantener el contacto visual, no morderme los labios, parecer desinteresadamente interesado, meter barriga, no parecer tan satirón, sonreir al vacío, espalda tiesa, pecho fuera, que se vea el símbolo de Ralph Lauren y el diente de tiburón que llevo al cuello, ¿qué más? ah, intenta por todos los medios no frotarte mucho. Correcto."

Dos paradas más adelante, el traqueteo del bus te la ha puesto morcillona y luchas como si tu vida dependiera de ello para que la chati no se de cuenta, pero joder ¡qué bien huele la jodida! Tú no quieres pero la implacable multitud se apretuja más y más, más y más.

-"Vigila tu culo, chaval"-te avisa el sentido arácnido-"La puretona cretácica ha puesto tres veces el brazo sobre tus redondeadas y entrenadas nalgas, es asqueroso"-pero no puedes separar tu muslo de la parte izquierda del muslo de ella, so riesgo de parecer un tocón; así que lo dejas allí y disfrutas del placer de la calorimetría, notando como el hormigueo de la circulación sanguínea trasvasa tu calor al de ella, mientras tus jeans de presilla parecen a punto de explotar...

De repente todo acaba. Las puertas del bus se abren para vomitar su pestilente contenido y con él a la Perla de Labúan, que, iridiscente entre la escoria de grises, se aleja ajena al sufrimiento que ha provocado.

¿O no era tan ajena?

Vae Victis.

The Voice Within

En el plano de las sinceridades, no puedo sino mostrarme a mí mismo como ejemplo de lo que no se debe hacer. Efectivamente soy un sátiro,y de la peor clase que existe, habida cuenta que mi satiríasis es endógena. Por ello precisamente incluí en la bitácora este apartado de ser sincero con uno mismo, porque son muchos años de autonegación consentida, de horribles masturbaciones psíquicas y físicas, de engaños y falsa represión, de prejuicios aprendidos y no contrastados, de una timidez chabacana y perdularia...
No sé si alguien leerá estas estúpidas líneas, y realmente tengo que decir que, para ser true to myself, me importa un carajo si las leen o no, pero si alguien las leyera sí que sería importante para mí que tuviera una sola cosa en cuenta: que le hiciese caso a su voz interior, a la que te quiere y vela por tí, a tu sistema de seguridad interno, al sentido arácnido que te avisa de que ése no es el camino a seguir.
No existe pérdida más absurda que el potencial desaprovechado. Carpe Diem.

el sexo es buenoooo....

Unas pocas palabras para intentar que en este el cuarto año del siglo XXI la people sea un poco menos hipócrita consigo misma y aprovechen de una puñetera vez uno de los pocos placeres de la vida en toda su extensión. que sí, que loa gente es un poco hipócrita con esto de las relaciones sexuales, que yo lo sé.
A los afortunados/as que tengan pareja estable, ya sea more uxorio o de la forma convencional les diría que dialogasen ampliamente sobre sus gustos y preferencias en el tema, que practicasen hasta la extenuación, que inventasen, que no fuesen egoístas, que fuesen picantes, que fuesen más al sex-shop... en fin, que se lo pasaran bien.
Hoy os propongo un silogismo que tuve ocasión de soltarle a una opusina recalcitrante (en realidad ella moriría por una buena cabalgada, aunque diga lo contrario) charlando sobre "eso", ahí va: "eso" le gusta a todo el mundo; al que diga que no le gusta es que no lo ha probado,; al que habiéndolo probado diga que no le gusta, es que lo ha probado poco o no lo ha probado bien.
Conclusión, hacerlo hasta reventar. Ah, yo me ofrezco como profesor particular, y gratis...